En una localidad noruega cerca de Oslo reside un niño bautizado con agua con gas al limón, según recoge el periódico Vaar Land.
Aunque pudiera parecer este curioso bautizo no tiene nada que ver con el márketing y mucho con las emergencias. El frío había congelado los grifos de agua así que sacerdote Paal Dale tuvo que improvisar y no tenía nada mejor a mano que una botella de agua al limón que "ya no tenía gas".
Los padres no se enteraron de la extraña agua bendita si no hubiera sido porque el cura se lo contó. "Necesitaba informarles porque el niño olía a limón y no se lo iban a explicar", aseguró el sacerdote.
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